Bienvenidos a Influencia 7
AMA A DIOS Y AMA A LOS DEMAS
HISTORIA
Cree en la palabra y el Espíritu de Dios
Los origenes del nombre “Influencia 7” se remontan al año 2002 aproximadamente. Dios envió la revelación de identidad a los jóvenes que se reunían en ese entonces, la que se originó a partir de la siguiente duda: ¿Por qué los huracanes llevan nombre propio? Un huracán es un movimiento de masa de aire a gran velocidad. Es un conjunto de tormentas que giran en torno a un centro causando vientos y lluvia. Estos son caracterizados por poseer nombres propios en vez de números o términos técnicos, con el fin de evitar confusiones, y a su vez, facilitar que las alertas sean comunicadas. Para aquella red de jóvenes esta revelación adquirió un significado tan profundo en cuanto a la identidad del grupo, que decidieron buscar un nombre que los identificara como hijos de Dios, y que representara el gran potencial que poseían como jóvenes cristianos. A partir de ahí, surge el pensamiento de ser una Influencia perfecta.
Por una parte, “Influencia” es definido como un poder o autoridad de alguien con cuya intervención se puede obtener una ventaja, favor o beneficio. La RAE agrega como acepción en desuso que el término influir es “Dicho de Dios: Inspirar o comunicar algún efecto o don de su gracia”. Por otro lado, el número 7, que en la Biblia representa todo lo celestial y por tanto eterno, es también reconocido como el número de la perfección. Hoy, después de casi veinte años, seguimos viviendo en aquella revelación. Nos identificamos con estos conceptos, pues creemos que juntos, teniendo a Dios como nuestro centro, nada podrá detener que su Espíritu se propague con poder dondequiera que nos traslademos. En otras palabras, Influencia 7 es el nombre del huracán que Dios permitió en la tierra para expandir su reino, entregar buenas nuevas e influir a las generaciones jóvenes, comunicación así su gracia.
Influencia 7 es una red de jóvenes cristianos pertenecientes a la Iglesia Casa de la Bendición, que ha entendido el llamado de Dios a ser luz y sal en la tierra como la responsabilidad que los hijos de Dios tenemos de influenciar en el mundo.
Cada uno de nosotros busca llevar a cabo este rol en todos los lugares donde nos desarrollamos; colegio, universidad, trabajo, medios de comunicación, etc. Evangelizando así con cosas simples, con nuestro actuar diario, nuestra personalidad, nuestro carácter.